Aportamos inclusión sin dejar de ser empresa

De vez en cuento debemos aclararlo: un Centro Especial de Empleo no es un centro asistencial sino una empresa. Con todas las letras. Con una organización profesionalizada y con objetivos económicos y de productividad definidos. Eso sí, con un alma que busca la inclusión.

Los Centros Especiales de Empleo (CEE) somos una pieza fundamental en la sociedad española. Tenemos una razón de ser muy clara que es facilitar la inclusión laboral de personas con discapacidad.

Pero jamás perdemos de vista nuestra viabilidad empresarial y nuestros objetivos económicos. Porque también somos empresa.

Un marco legal para garantizar la inclusión y la estabilidad

Los CEE nos movemos en un sólido marco legal. La base se encuentra en la Ley 13/1982 y en el Real Decreto 2273/1985.

Esta normativa establece que los CEE debemos participar en el mercado real y ofrecer empleo remunerado y estable a personas con discapacidad. También —y este detalle es absolutamente esencial— debe proporcionar servicios de ajuste personal y social a las personas trabajadoras a través de Unidades de Apoyo específicas. Sí, ese es el departamento que nosotros consideramos el corazón de Waycess puesto que se ocupa de asignar tareas adecuadas a cada persona y asegurar su bienestar.

Un espacio regulado y que exige múltiples garantías

El marco administrativo de los CEE es muy estricto. Para operar como tal, cualquier CEE debe inscribirse primero en el registro correspondiente y posteriormente obtener una calificación oficial. Este trámite, que da acceso a diferentes ayudas públicas, es mucho más que una simple formalidad. Es el espacio administrativo donde debemos garantizar que el centro cumple los principios de calidad, estabilidad laboral y apoyo personalizado.

La ley contempla dos tipos de CEE: los que son de iniciativa privada como el nuestro y los de iniciativa social que suelen estar promovidos por entidades sin ánimo de lucro. Pero tanto unos como otros tenemos estructuras empresariales claras.

Una estructura empresarial en busca de la rentabilidad

La estructura empresarial de un CEE es similar a la de cualquier otra compañía, pero con una diferencia clave: al menos el 70% de la plantilla debe estar compuesta por personas con discapacidad con un grado igual o superior al 33%. Esa es la clave.

Tal como señala la economista Lourdes Gaitán, experta en economía social, “los CEE son una muestra palpable de que la inclusión no solo es posible, sino rentable si se gestiona con profesionalismo y enfoque social”. De hecho, según datos del Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo (ODISMET), los CEE emplean a más de 90.000 personas con discapacidad en España, convirtiéndose en uno de los principales motores de integración laboral en el país.

Más allá del empleo: oportunidades para el desarrollo

Pero hay algo más en los CEE porque, al ofrecer trabajo, estamos creando un entorno donde se potencia el desarrollo personal, la formación continua y la participación activa en la sociedad. El trabajo lo completa la Unidad de Apoyo que resulta clave para acompañar a los empleados en su crecimiento y adaptación.

En los CEE lo sabemos: es posible que la empresa y la inclusión se den la mano. Para lograr mejores comunidades y empresas más valiosas donde la diversidad es el motor, no la excepción.